miércoles, 11 de junio de 2014

Avance de Escritura

Las diferencias en el capital cultural de los niños en edad escolar condicionan desigualdades en resultados de aprendizaje

En el área de la educación, la idea de que los niños en edad escolar ingresan al sistema con un bagaje cultural diferente según el nivel socioeconómico del que provienen, ha sido ampliamente discutida. Producto de esto, han surgido diversas medidas a nivel estatal destinadas a diseñar e implementar políticas educativas que permitan disminuir estas brechas, la mayoría de las cuales han estado dirigidas a estudiantes de educación básica o media. No obstante, la evidencia actual ha permitido determinar que estos esfuerzos han resultado infructuosos, por cuanto las diferencias en resultados de aprendizaje continúan demostrando que, en los estratos socioeconómicos más altos, existe una ventaja importante en cuanto a desarrollo cognitivo y éxito escolar.

En esta línea, el investigador David Bravo, a través de un estudio de una duración de 4 años, determinó que a los 10 meses de edad, los bebes ya evidencian brechas significativas de aprendizaje dependiendo del quintil, las cuales se expresan en cantidad de palabras aprendidas; y habilidades sociales y emocionales desarrolladas. (Bravo, 2014) A estas habilidades y conocimientos aprendidos se les denomina capital cultural, el cual es definido por Bourdieu (1987) como un conocimiento que fue transmitido o inculcado a un individuo, quien lo asimila y porta consigo mismo hasta el día en que muere. Este conocimiento es considerado como una inversión que requiere tiempo, por lo que debe hacerse de forma personal. Es, en definitiva, un hábito.

Lo que se propone en este documento, por tanto, hace referencia a que las diferencias en el capital cultural con que niños y niñas ingresan a la educación escolar, condicionan desigualdades en los resultados de aprendizaje. Para esto, se comienza por explicar las diferencias en capital cultural de niños de diferente nivel socioeconómico (en adelante, NSE). Luego, se define el impacto de estas diferencias en cuanto al capital cultural sobre el desarrollo cognitivo de los niños. Además, se describen las relaciones que la literatura ha establecido entre diferencias cognitivas y resultados de aprendizaje desiguales. Finalmente, se ofrece un análisis crítico sobre las evidencias que se han presentado a nivel nacional respecto de esta brecha y las nuevas medidas que se han sugerido para su mejoramiento.

En primer lugar, es preciso señalar que el capital cultural como conjunto de saberes adquiridos en etapas iniciales de la vida está directamente relacionado con el nivel socioeconómico del entorno en el que un niño crece. Esto se fundamenta en  la calidad y cantidad de estímulos a los que está expuesto un individuo a medida que crece y se desarrolla, entre los que se destacan las interacciones verbales; y las herramientas emocionales y sociales utilizadas por los padres o tutores (Carrasco, 2014). Un estudio reciente dio cuenta de estas diferencias según el quintil en el que se ubica una familia, determinando que aspectos como los estudios de la madre, las rutinas y hábitos alimenticios, quiénes habitan el hogar junto al niño y el clima del mismo derivan en diferencias concretas entre un niño del quintil V y otro del quintil I.

A2: El capital cultural de cada niño condiciona desigualdades a nivel cognitivo.

A3: Las diferencias cognitivas impactan en resultados de aprendizaje desiguales.

1. Contraargumento: La escuela, como institución regulada por el Estado, tiene la responsabilidad de proporcionar educación a todos. Para esto, hay algunos que podrán acceder a mejores experiencias de aprendizaje, los cuales son seleccionados según sus méritos, es decir, sus aptitudes. Desde esta perspectiva, el capital cultural juega un rol irrelevante, dado que el éxito está predeterminado desde antes del nacimiento. (Perspectiva meritocrática).

2. Refutación: No se puede ignorar la influencia que tiene el crecimiento, el desarrollo cognitivo, y por sobre todo, la influencia del medio familiar en el proceso de aprendizaje de un individuo. Es por esto que en los últimos años se ha eliminado del paradigma educativo la creencia de que existen ciertos méritos con los cuales los estudiantes nacen, que los predispondrían a tener mayor éxito que otros. 
Otra posible refutación: Bravo afirma que, según los resultados de la mencionada investigación, la perspectiva meritocrática es desestimada en cuanto niños deprivados pueden ser puestos en escuelas efectivas

Conclusión:
Existe una relación directa entre el capital cultural, es decir, el conocimiento adquirido por un individuo, y sus posibilidades de éxito escolar. Por tanto, capital cultural es definido como “…una hipótesis fundamental para dar cuenta de las diferencias en los resultados escolares que presentan niños de diferentes clases sociales respecto del éxito “escolar”…” (Bourdieu, 1987, p. 1).

Es decir, las diferencias en el capital cultural impactan directamente en desigualdades en resultados de aprendizaje.

martes, 29 de abril de 2014

Reseña “Factores que indicen en una educación efectiva” por Brunner y Elacqua, 2004.



Referencia Bibliográfica:
Brunner, J. y Elacqua, G. (2004). Factores que inciden en una educación efectiva. Evidencia Internacional. Revista Interamericana de Desarrollo Educativo, 48-49(139-140), 1-11. Disponible en http://www.opech.cl/bibliografico/evaluacion/Brunner%20OEA.pdf

Campo Disciplinar:
Ciencias de la Educación

Audiencia:
Comunidad científica.

Propósito del texto:
Analizar la influencia que tienen los factores de entorno y de escuela en la varianza de los resultados obtenidos por estudiantes de países industrializados y estudiantes de países en vías de desarrollo.

Síntesis del contenido:
En primer lugar, los autores exponen datos recientes de estudios que indican que, en países desarrollados, la importancia atribuida a la familia es menor que en aquellos que se encuentran en vías de desarrollo. Por el contrario, en aquellas naciones en vías de desarrollo, el factor escuela juega un rol preponderante en los resultados obtenidos por los estudiantes.

En segundo lugar, se realiza una descripción de las tres esferas en las que se centra el análisis, determinando que –en cuanto al efecto familia- se debe ampliar el espectro hacia aspectos afectivos y sociolingüísticos, más allá de lo puramente económico. En relación con el efecto comunidad, se afirma que esta encierra un gran potencial aportador al desarrollo de los estudiantes, cuando existe una sincronía entre esta y la escuela. Por último, en cuanto al tercer elemento, se determinó que “…el efecto escuela depende, en alrededor de 2/3 partes, de la calidad de la docencia impartida.” (Brunner y Elacqua, 2004, p. 6)

En tercer lugar, se analizan las condiciones de origen y el impacto de estas en los resultados, para determinar que aquellos países con mayores índices de desigualdad enfrentan mayores dificultades para obtener buenos resultados en la escuela, por cuanto se ven obligados a “…compensar un mayor déficit de origen socio-familiar.” (Brunner y Elacqua, p. 7).

Finalmente, los autores sistematizan los antecedentes antes presentados y la influencia que estos tienen sobre la efectividad escolar, para concluir que existe una diversidad de factores que inciden en el desarrollo del proceso educacional. De estos, se destacan fuertemente aquellos relacionados con el clima familiar y la preparación docente. Asimismo, se determina que el desafío es aún mayor en aquellos países en que la desigualdad interfiere en la construcción de un proceso de aprendizaje óptimo.

Valoración y Conclusión:
El artículo antes presentado posee un valor importante para la construcción del ensayo académico, en cuanto aporta –en primer lugar- con datos concretos y rigurosamente seleccionados respecto del escenario educativo actual a nivel internacional. Estos datos –que no son incluidos en la síntesis por su naturaleza extensa- reflejan de forma concreta las diferencias entre países desarrollados y aquellos que están en vías de serlo.

En segundo lugar, el artículo sistematiza una serie de factores que han sido ampliamente discutidos en el universo educacional, para concluir de forma concisa en que existen algunos factores, como la familia o la práctica docente, que poseen un mayor grado de influencia sobre el desempeño escolar de los y las estudiantes.

Por consiguiente, al momento de delimitar la relación que se establece entre la educación y el capital cultural de cada estudiante, el texto de Brunner y Elacqua (2004), resulta útil para describir y jerarquizar aquellos aspectos que constituyen, desde su definición original, el capital cultural.


viernes, 21 de marzo de 2014

La educación municipal es un modelo a erradicar.

Actualmente, el sistema escolar chileno funciona en base a un sistema de financiamiento tripartito, conformado por escuelas administradas por municipalidades, otras privadas que son subvencionadas por el estado; y por último, escuelas privadas tanto en su propiedad como en su financiamiento. De las anteriores, aquellas que dependen de la gestión municipal son las que presentan mayor cantidad de problemas a nivel organizacional, debido a que los municipios deben gestionar una serie de otras áreas de servicio a la comunidad. Este proceso mal articulado de gestión deriva en bajos niveles de aprendizajes, lo que ha permitido la desvalorización de la educación pública. Ante este escenario, es posible afirmar que la educación municipal es un modelo que debe ser erradicado del sistema escolar chileno.

En primer lugar, lo anterior se sustenta en la baja sustancial que ha experimentado la matrícula en escuelas administradas por municipios. En el año 1990 –a una década de la municipalización de las escuelas estatales por parte del régimen militar- estas concentraban el 57% de la matrícula total a nivel nacional, mientras que en el año 2011 bajó a un 39%. El fenómeno anterior se explica, principalmente, debido a que los padres asocian el pago de mensualidad con calidad de educación, lo que implica la migración de estudiantes desde escuelas municipales a particulares subvencionadas. Como consecuencia, y debido a que estas instituciones reciben dinero por alumno inscrito, un gran número de escuelas públicas han debido cerrar sus puertas.

En segundo lugar, la calidad de la educación se mide –en Chile- en base a los resultados arrojados por la prueba estandarizada SIMCE, los cuales han demostrado que las escuelas de puntajes más bajos en todas las asignaturas evaluadas por esta instancia, son de dependencia municipal. Al considerar que este sistema de medición apunta a determinar los niveles de logro de las competencias mínimas que debe desarrollar un estudiante a lo largo de su trayectoria escolar, es posible afirmar que en las escuelas municipales, los estudiantes desarrollan menos habilidades que aquellos de colegios particulares pagados o subvencionados, que logran mayores puntajes en los rankings que se construyen en base a estos resultados. Por ejemplo, un diario nacional publicó –en relación a la recientemente inaugurada prueba SIMCE de Inglés- que de los cien colegios con mejor puntaje, 99 eran privados y 1 era particular subvencionado. Las escuelas municipales arrojaron niveles considerablemente menores.

Contrario a estos argumentos, existen sectores políticos de la sociedad que defienden la educación municipal, afirmando que es la única manera de permitir que órganos dependientes del Estado con real conocimiento del contexto local puedan administrar de forma eficiente los recursos de las escuelas del sector. Argumentan que no es posible que una entidad estatal determine –desde Santiago- qué medidas son necesarias en Cucao, Chiloé. No obstante, estos no toman en consideración que los procesos de gestión que lleva a cabo una municipalidad poseen una naturaleza burocrática que impide la agilización de las acciones que este órgano debe llevar a cabo. Además, el gasto por alumno varía dependiendo de la municipalidad en base a los ingresos de la misma; y del estrato socioeconómico de la población que la habita. Así, las distintas municipalidades del país poseen más o menos recursos que deben destinar a sus estudiantes, lo que profundiza aún más las brechas de aprendizaje y la desigualdad; a la vez que imposibilita a los municipios a responder de forma efectiva a la necesidad de recursos.

 A la luz de lo anterior, es posible afirmar que el modelo de financiamiento escolar actual es deficiente, por cuanto la población está desestimando la capacidad de funcionamiento de las mismas al preferir otras modalidades de financiamiento. A su vez, este no está alcanzando su objetivo de entidad formadora, puesto que se evidencia que las y los niños que asisten a estas escuelas no están desarrollando las habilidades ni conocimientos básicos que les permitirán proseguir con sus estudios en niveles superiores de educación. Finalmente, el sistema de educación municipal profundiza las inequidades existentes en el sistema, al ofrecer oportunidades educativas diferentes a niñas y niños de distintas comunas. La respuesta a este fenómeno es –según lo manifestado por sectores de izquierda de la sociedad-  la desmunicipalización de las escuelas, las cuales serían administradas por un Servicio Nacional de Educación con dedicación especial hacia estas escuelas. Es de esperar que, como resultado del debate que llevarán a cabo los distintos sectores políticos, se construya una alternativa de financiamiento que devuelva el prestigio y la capacidad educadora a las instituciones educativas públicas, mejorando las posibilidades de aprendizaje y superación de las niñas y niños del país.


viernes, 14 de marzo de 2014

El que mucho abarca, poco aprieta.


 A continuación, se expone una síntesis de tres columnas de opinión publicadas en distintos medios virtuales, respecto de la educación y la lectura en Chile. Posteriormente, expongo mi opinión respecto de estas y sugiero una columna de Mario Waissbluth, director de Educación 2020, que permite profundizar en el tema.

En la primera columna, Catalina Estéves -historiadora e integrante de la organización Educación 2020- expone sus impresiones respecto de la implementación del ranking de notas en enseñanza media al proceso de selección para ingreso a las universidades en Chile. Defiende la medida afirmando que permitió que estudiantes con méritos académicos y bajos recursos ingresaran a universidades prestigiosas y tradicionales, pero afirma que es preciso que la totalidad de la oferta universitaria se adscriba a esta medida para que alcance real éxito. Luego, destaca la importancia de la educación inicial como una oportunidad para disminuir las diferencias en los aprendizajes que desarrollan niños pertenecientes a distintos estratos de la sociedad.

La segunda columna, escrita por Mauricio Electorat para el Mercurio, compara la actual sociedad chilena con la retratada por Voltaire en 1759 con su personaje Cándido. Así, el autor critica las bajas tasas de lectura en Chile, las que no son un impedimento para que este sea considerado un país que está ad portas de convertirse en "desarrollado". 

Por último, a través de una columna en El Mostrador, la educadora de profesión María Victoria Peralta hace referencia al escenario actual de  la educación inicial en Chile, criticando que esta mantenga aún un rol asistencialista, frente a tasas de cobertura que están alcanzando niveles ideales. Para la autora, es preciso que la sociedad en su conjunto, modifique sus pretensiones respecto de esta, con el fin de que cada centro educativo proporcione educación de calidad a las niños y niños que atienda.

En las tres columnas presentadas se observa una crítica en particular, la cual dice relación con la concepción que se tiene, a nivel de sociedad, respecto de la educación. Esta es –lamentablemente- un bien que muta según el grupo de interés que lo regule y a mi juicio, se le atribuye a esta un rol de movilidad social que no es capaz de proporcionar, debido al estado paupérrimo en el que se encuentra en cuanto a calidad e igualdad. Las posibilidades de acceder a una buena educación inicial, a una buena universidad; y a un ambiente letrado de disfrute de la lectura, se modifican drásticamente dependiendo del sector de la sociedad en el que el sujeto se encuentra inserto, o “encerrado”, según sea el caso.

Otro aspecto que sustenta la tesis presentada es el exceso de contenido que cada año tanto docentes como estudiantes deben trabajar. Tal como postula Mario Waissbluth en su columna “Poda curricular”, existe una evidente intención de abarcar gran volumen de contenidos tales como fechas, formulas, nombres, entre otros, y ninguna real intención de que las y los estudiantes logren desarrollar habilidades para toda la vida, las mismas habilidades que Peralta afirma, deben ser propiciadas desde el Jardín Infantil.

El caso chileno ilustra perfectamente el dicho “El que mucho abarca, poco aprieta”, lo que se está traduciendo en el desperdicio de una docena de años de vida en un sistema que reproduce un circulo vicioso de oferta y demanda de un bien de mala calidad. Las escuelas y sus docentes no alcanzan a cubrir la totalidad de los contenidos establecidos en el curriculum oficial. No obstante, este es evaluado a través de pruebas estandarizadas que miden el cumplimiento del 100%. Como si esto no bastara, las escuelas de menos recursos deben luchar contra dificultades de diversa índole que les impiden alcanzar puntajes aceptables, dejando de recibir así los incentivos económicos que son tan necesarios para la escuela.

Paradójicamente, cada cambio de mando trae inevitablemente la publicación de nuevos documentos curriculares -que debido a la complejización del conocimiento en la sociedad- están cada vez más atochados de contenido. Por tanto, es posible predecir que prontamente directivos, docentes y estudiantes estarán enfrentando un nuevo desafío para lograr una salida airosa de lo que en Chile se denomina “educación”, la cual está enfocada en la memorización de datos y no en el desarrollo de habilidades, representación de lo que la sociedad considera, es el fin de la educación.

jueves, 6 de marzo de 2014

Estimada lectora,

Mi nombre es María Paz Faúndez Bastias, y curso el quinto año de la carrera de Pedagogía General Básica. Elegí está carrera porque considero que aportar a la construcción del aprendizaje es una acción noble que debe ser llevada a cabo por quienes crean -genuinamente- en educar con amor.


En la actualidad, estoy enfocada en nutrir mi curriculum, con el fin de poder ingresar al programa de Doctorado de la Universidad Católica. Para esto, participo como ayudante en proyectos de investigación dirigidos a la mejora de la calidad de la docencia en dicha institución. 

Un afectuoso saludo, 

María Paz Faúndez